¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

13 may 2012

No-presencia innata.

Ya... ya no te quiero.
Cerca.
Aquí a mi lado.
No necesito tu voz para verme arropado.

Y no, puedo entender... desde cuando.
Si todo ha terminado, ¿por qué duele tanto?
No te echo de menos.
Claro que lo he superado.

Y entonces veo una luz tan lejos...
son reflejos de un ser que no es hoy.
Miramos de reojo a los astros que caen, esdrújulos.
Sitúan nuestro sino en un mundo sin fin...

¡Ya se terminó tu historia!
Si hay otro, que te lleve él a la gloria.
¡Hoy se terminó este infierno!
Que me quemaba por dentro y no tenía tu boca.

Mírame bien al pasar...
pásalo bien más allá.

Ya... no te recuerdo.
Miento.
Tan a menudo.
Claro que te recuerdo, te escribo cada rato.

Y no, no puedo aceptar, que tu realidad diste así.
Quizás no hemos hecho más que empezar, ¿quién primero?
Puede que nunca más...
volvamos a despertar... de este puto sueño.

Y entonces veo tu luz, de nuevo alejarse.
Muere en tu silencio sin volver a buscarme.
Enterraré, entre tanto, un hacha que grita demasiado.
Situarán tu adiós en un momento equivocado.

¡Ya se terminó tu guerra!
Si hay otro mejor que yo, que duerma entre tus piernas.
¡Este amanecer traerá más sol!
Del que no quema por dentro y nos da esperanza ajena...

Mírame bien al callar...
muérete bien al marchar.

Todo cuanto quise morirá en tus caderas.
Todo cuanto fuiste para mí desaparecerá.
Espero que lo entiendas cuando pido que te mueras.
Todo cuanto fui se lo quedará tu no-presencia...

1 comentario:

  1. Preciosa poesía Cañete. Ese amor que parece quiere olvidar el poeta, pero no puede.
    Se vislumbra en tus versos un tinte de rencor.
    Me ha gustado mucho.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar