¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

28 may 2011

¿Yo?

Ella era un ángel caído del cielo por un error de cálculo,
y yo un intento de demonio que nunca supoo como subir.
Las escaleras se cerraron entorno a la tarde, y yo,
volvíendo a casa a media noche, perdí el último toque de queda.

Ella era un estrella retirada del cielo, cansada de brillar para tanta oscuridad,
y yo, un cometa que no supo volar más allá de su cielo, me perdí buscándola.
Cerraron las puertas del cielo, en el mismo momento
en el que cerró su corazón, tímido, piano murió...

Ella era el árbol que soñaba con caerse para estar más cerca del suelo,
yo la piedra en el camino que soñaba con crecer.
Se cerraban a mi paso, rodante y sin rumbo fijo,
cada puerta al acertijo que supuso tu querer.

Ella era un ángel, una estrella, era la firmeza que demuestra un roble...
¿Yo? Demonio de la noche, arcángel de amor. Piedra en el camino de quien
quiso serme fiel, un cometa sin rumbo que se pierde entre tus labios,
ilusionado sí, con tus labios de miel...

Cara a cara.

Un cara a cara con la madrugada,
marcaba sus últimos pasos hacia lo que fue un hogar.
Sutileza no faltó en aquella despedida,
que más la recordaba, más llovía.

Cara o cruz decidió su mirada,
cayó cruz y aquel momento le dio en la cara.
Los golpes se aguantaban antes con más entereza,
quizás por su dureza, ahora cuesta más dar una respuesta.

Hombre de palabras sencillas, palabras sinceras.
Acostumbrado a la encrucijada que supone vivir,
y llega este invierno, retorcido y sincero,
y me quedo sin palabras ante el frío.

Cae la nieve, cae, y sus copos mecen la noche.
Arropan con su gélido manto a aquel hombre,
aquella noche en la que el viento se tornó levantino...
Fue un cara a cara, entre el compás del viento y un sufrir mezquino.

22 may 2011

Este cuento.

¿Por qué a veces tanto, y otras tan poco?
¿Por qué a veces me haces volar, y otras no te toco?
¿Por qué siento que te vas y el mundo se cae,
siento que vuelves, que juegas conmigo, y te quiero?

El tiempo corre en mi contra, a mi favor un deseo efímero, eterno.
Contradicción de quien quiere y odia a la misma persona,
y con la misma fotografía ríe y llora.
Quien piensa en tí y te toca, quien te aleja, quien te evoca...

Luchar cada mañana por un mismo sentimiento,
y te miento si digo que lo siento por así sentirlo.
No es culpa mía quizás, no es culpa tuya.
El pasado es un lastre que es difícil desamarrar.

Soy tan lento, soy tan torpe. Soy tan frío a veces,
tan distante con quien quiero.
Todos hacemos gilipolleces parece, todos confundimos términos.
Una vez más, debí confundirme, pues no entiendo como termina este cuento...

20 may 2011

¿Cuanto dura el olvido?

¿Dónde te escondes primavera?
Ya no estás a mi vera y me consume esta esfera.
Quiero verte, ausencia de tu cálido abrazo,
llámame ingenuo.

Diario del perdido hoy, que ve como te vas.
¿Dónde queda ilusión ahora, dónde naufraga esta pena?
Dulce condena de mis labios fuiste, y eso me quema,
lo que fuiste, que te fuiste.

No creo en los milagros, no creo en la suerte.
Si vivo sin verte, será una suerte; milagro.
Hoy quiero arrepentirme de ser,
de volver a perder, de caer.

Aprendí que son mis actos los que marcan mi camino,
que yo te alejé de mis brazos, te amé.
Y ahora que el tiempo pasa, te echo de menos.
It's not the end, o eso dijeron.

Cuando el tiempo corre más rápido,
cuando el viento aúlla, ahí te añoro.
Cuando la brisa del mar yace solitaria,
cuando la luna no encuentra la alegría,
cuando llega fin de año y no te tengo entre mis brazos,
ahí amor, ahí te extraño.

Vuelve, ausencia corre en mi tiempo.
Dolor se hizo dueño de este ser mediocre.
Pobre corazón que se marchita con tu ausencia,
¿cuanto dura el olvido? Cuanto dure esta penitencia...

18 may 2011

Y para siempre...

Rompo con todo por que ya nada tiene arreglo.
Pude ser el Atlas que soportó el peso de tu adiós,
pude ser el viento que sopló y derribó el caos
que dejaste en mi habitación.

No fui la llama que purifica corazones.
No fui más que un mal de amor.
Si para decir te quiero me faltaron razones,
ahora sólo quiero decirte adiós, y que aquel este frío me destierre.

El árbol bajo el cual… se quema.
La ventana que te vio llorar,
la alcoba que me hizo verte.
La noche en la cual… se acaba.

Llega el ocaso del sentimiento que la pone fin,
el amanecer de un nuevo día, éste lejos de ti.
Fui cobarde, lo sé… pedí un nuevo sol,
y ahora lo encontré.

Nuestra estrella cayó fugaz,
pude matar al despiste a base de cañonazos,
basados en sinceridad remendada en confianza…
pagué la fianza antes de empezar, y sin cobrar se fue.

Señor, perdóneme por que he pecado.
La he querido, y sólo tú lo sabes.
Que no se vaya, que no se aleje.
Que no marche, que se quede, y para siempre…

16 may 2011

Ven, acércate.

Ven, acércate, hoy quiero contarte un cuento.
No trata de princesas, que de esos… en fin, tengo malas experiencias.
Siéntate aquí cerca, que yo te sienta.
Coge mi mano, y mira a esas estrellas.

¿Ves lo que veo? Luceros en el cielo intentan igualarte.
¿Crees lo que creo? Que no son capaces, ni de rozarte.
Ven, mírame, siénteme, y observa como el tiempo pasa,
y mi corazón con el tuyo se acompasa; bum, bum…

Fíjate en mi puerta, escritas con triste negro hay unas letras;
no volverá a ocurrir, no pasará el amor por aquí nunca más.
Estoy dispuesto a tirarlo, si así lo deseas,
quítale todo el sentido, que sean sólo vanas promesas, letras.

Que el sentimiento fluya a través de mis rejas,
que mis tejas contra las quejas sean tú, princesa.
Que de nuevo este corazón se ponga en huelga,
se revele contra la soledad que le otorga esta cubierta.

Ayúdame a retomar el barco que un día zarpó.
Calla esta voz interior que grita; duele.
Y más me duele más me grita,
pero si me impones tu religión, será el silencio quién levita.

Perdona esta torpeza, me desvié quizás del cuento.
Intenté ser sincero, pero, bueno… como ves me cuesta.
Sólo ven, acércate, siéntate cerca.
Observa como mi corazón espera tu gesta… bum, bum.

11 may 2011

Cambiando de rumbo.

Cambié de rumbo por que así lo pidió el tiempo,
nuevos sentimientos me entrecortaban el aliento.

Cambié de rumbo porque me lo pidió el cuerpo,
por tanto andar por este mundo siempre al compás del llanto.

Cambié de rumbo por plasmar de nuevo vida,
dejar de lado la caída y volar un nuevo día.

Cambié de rumbo por un nuevo mañana,
por seguir siendo yo mismo, crear imperios de la nada.

Cambié de rumbo, y vi como en un instante,
mi sonar, antes trovado, hoy de nuevo recitaba arte.

Cambié de rumbo quizás por la tristeza,
que me restó entereza para afrontar la vida entera.

Cambié de rumbo y tiré lo que sobraba,
confiaba en este sol que me dijo: habrá mañana.

Cambié de rumbo y todo cogió color de nuevo,
mis versos se calmaron dando paso al reconocimiento.

Y el conocimiento abrió puertas inimaginables,
la paciencia, fue mi ciencia, creé escudos impenetrables.
Vi en la inercia coincidencias, como aquellos animales.
Decidí cambiar de rumbo, dejar que mis poemas hablen.

Di ritmo al silencio que vagaba en el suburbio,
que fue mi corazón, tan inútil y tan sucio,
manchado con los tintes de un pasado que no lució.
Congelado y frío, cambiar de rumbo decidió.

Para todos los que en algún momento se sintieron demasiado suyos.
Para todos los que ven en la ilusión un arma de doble filo.
Para todos los que creen que podrán cambiar su mundo,
para todos nosotros; juntos, cambiemos el rumbo.

6 may 2011

Como si fuera su hijo.

Cansado de ser quien era, quiero salir de esta jaula
y ver que tal va el mundo sin mí ahí fuera.
Sé que las vagas calles no me echarán de menos,
eché el resto, y ese fue mi mayor defecto.

Choqué de bruces contra muros demasiado grandes,
sé que las cosas ya no serán como antes.
Busqué dividirme en mil y una partes,
pero me di cuenta de que hay muros infranqueables.

Tan impenetrables algunos corazones,
y mi empeño de sentirme Dios me quitó razones.
Demasiados roces a una coraza de moléculas precoces;
feroces dentelladas a un alma que grita con demasiadas voces.

Quise conocer los rincones que estas calles esconden.
Grito al silencio de sus brazos, pero ya no me responden.
Quise hacer de mi conciencia una ciencia, utilicé mi mente como aliada,
pero ella no me dejó ver nada, me alejó de aquella gente,
y demente, quedé con el miedo al frente, de repente, mi mente...

Luché con honor y valentía, como perro viejo o como arpía.
Luché, entregué mi amarga vida, a una lucha tan lenta como fría,
que me clavó una espina que hoy me usa como guía,
referente en sus proyectos, cuando no la valgo me aniquila.

Incertidumbre ante la entereza, fiereza ante el dolor,
y callar por amor, soñar con escapar de este manicomio,
que me consume en el insomnio, es mi ángel y mi demonio,
no querer sentir más como un incordio... querer matar a este odio

que me consume, como un cigarrillo a aquel que fume.
Que me confunde, por mucho que inunde de certeza mi lumbre.
No queda recuerdo que me alumbre, las luces se apagaron en la cumbre,
en la cima del derrumbe, torres que con la noche se funden,
e infunden ideas que al resto les confunde, e influyen,
en que este pilar nunca más se derrumbe.

A este corazón asmático, un chico problemático dentro de su silencio.
Quiere correr, pero el tiempo, siempre violento, golpea con dureza su coraza.
Gracias por aparecer quien seas, no creo que lo creas, ni si quiera que me quieras,
pero sé que eras ella, el tiempo me lo dijo, hizo cosa a mis plegarias,
como si fuera su hijo.

5 may 2011

Pensamiento de Cañete (primera cita)

La vida se basa en la anteposición de cosas, sentimientos, o pensamientos, opuestos entre ellos y recíprocos por naturaleza.
Esta verdad, queda confirmada echando una simple mirada atrás en el tiempo.
Basándonos en la idea de Marx, asegurando que la vida y la historia avanzan de manera dialéctica, debo decir que dicha idea pierde fuerza en cierto modo ante la realidad.
Confirmando la existencia de tesis, antitesis y síntesis, hay que desmentir la afirmación que dice que la antítesis aparece después de la tesis, pues al comienzo de los tiempos, ambas aparecieron por igual, y simplemente han ido evolucionando a través de la historia.
La lucha de clases, es el ejemplo perfecto, y el cual utiliza Marx como pilar de su ideología y pensamiento, sin embargo, no todas las contraposiciones las ha creado el ser humano, puesto que hay sentimientos, emociones y actos reflejos que nos vienen otorgados de nuestros primeros antepasados.
La relación gato-perro, es la más clara anteposición que la naturaleza nos da.
Dos seres prácticamente iguales (genéticamente), y sin embargo, su instinto parece haberles desfigurado la conciencia animal de manera que se odien.
Hoy en día, se acepta dicho hecho como algo normal e incluso necesario, que traspasado al humano, se observa como algo natural del día a día.
Utilizamos el pretexto de “lo inculcado”, para justificar en ocasiones tendencias políticas, maneras de ser, o incluso aficiones.
Sin embargo, ¿quien enseña al perro que el odio al gato es necesario?
La explicación humana ahí se estanca, es cierto, nadie les enseña a odiarse.
La explicación científica, siempre desligada de lo humano, culpa a los genes y a la naturaleza animal de haberles inculcado ese odio, sin embargo, ¿Quién se odió primero?
Aquí encontramos el primer escoyo a salvar por la dialéctica, ¿quién es antítesis, el gato o el perro? ¿Quién devuelve el odio y quien lo recibe? ¿Quién fue el primero en odiar?
Uno es antepuesto al consiguiente, y sin embargo, no existe una explicación lógica del por qué.
La idea del odio por el simple hecho de que ambos son predadores, queda renegada a un plano oscuro, en cuanto se compara esta situación con otros animales.
Sin ir más lejos, el hombre ha sido depredador desde siempre, desde sus inicios, y sin embargo, no vemos que el león se ponga a rugir al hombre sin atacarle, no existe el intercambio de mensajes de ofensa entre lobo y hombre.
Lo que podría explicarse con un simple hecho de temor por parte del animal, por ser los seres humanos quienes hemos dominado, y quienes hemos doblegado al animal, queda sin argumento cuando saltan noticias a nuestros oídos como ataques a humanos por parte de animales etc.
Ahí entonces culpamos a la inutilidad humana, o a la irresponsabilidad.
¿Por qué debería ser una irresponsabilidad retar a quien dominas?
Queda demostrado entonces, que el animal depredador no nos considera un rival, ni mucho menos, ni si quiera un alimento. El animal ya no considera animal al humano, y por tanto, hemos dejado de ser animales.
Si procedemos de los propios animales, ¿somos la antítesis de la naturaleza?
¿No somos naturales acaso?

“El ser humano tiene el gen de su propia autodestrucción”. Es cierto.
Los animales basan sus vidas, o sus etapas vitales (definamos más tarde vida), en los simples instintos, reacciones lógicas antes problemas que aparecen en el día a día.
No hay más que eso, acción-reacción.
El ser humano, en cambio, añade otra palabra a la definición animal de vida; acción-reacción-repercusión.
El ser humano, en un hábitat de naturaleza, piensa en las repercusiones.
Ahora bien, no niego que el animal no conozca las repercusiones de sus reacciones, pero son totalmente aleatorias e indirectas. El animal no busca repercusiones directas, sino soluciones indirectas ante problemas, utilizando reacciones.
El ser humano, tiene la capacidad de pensar en una futura repercusión, en un hábitat normal, a través de sus propios intereses.

¿Qué son los intereses del humano? El ser humano vive a través de sus propios intereses.
Podemos definir la vida, como la búsqueda del constante bienestar, de un bienestar consistente en la satisfacción de los intereses propios, basados estos en las necesidades, y pueden ser económicos, filosóficos, de realización personal… etc.
¿Las necesidades, por tanto, son lo mismo que los intereses?
No. Un interés es un plan de ejecución, por el cual se sabe o se cree con seguridad, que las necesidades del hombre serán resueltas.
Debido a la enorme variedad de necesidades existentes en el ser humano, los intereses requeridos por cada uno de nosotros son distintos, y por tanto, los planes de ejecución cambian entre unos y otros.
Ahí comienzan a aparecer las primeras diferencias, las primeras anteposiciones, y las primeras síntesis.
Los intereses nunca van contra natura. Es cierto que los intereses pueden ir en contra de la salud o la integridad del ser humano, sin embargo, al ser planes de ejecución elaborados por él mismo, nunca irán contra su persona.
Un ser humano busca siempre su felicidad, anteponiendo sus intereses siempre por encima de cualquier cosa, de cualquier otro interés.
Es una afirmación arriesgada, pero es la primera realidad que puedo confirmar; el ser humano antepone sus intereses siempre. Puede parecer que los deja de lado, para ayudar a realizar el plan de ejecución o interés de otro ser humano, por afinidad política, familiar, social etc., pero lo único que hace es posponer sus intereses para más adelante, su interés no desaparece por acción propia, sino que el tiempo (desembocado en olvido, este olvido promovido por la aparición de otro interés que suplante al actual) cambia el interés del ser humano por otro más actualizado y necesario.
La idea actual de interés, es equivocada para la mayoría de la gente, puesto que entienden interés como algo económico o ambicioso, capaz de destruir a cualquier persona con tal de subsanarse y realizarse.
No es cierto tampoco, el interés es una necesidad vital, que perfectamente puede ser la necesidad de ayudar a los desfavorecidos, como escribir una novela, como montar una guerra. Dentro de un interés, pueden aparecer reflejados los intereses de otras personas, siempre y cuando sean afines y apoyen a tu propio interés.
Un interés antepuesto a otro no puede luchar por lo mismo ni con los mismos recursos.
Por tanto, el ser humano basa su vida en la imposición de su interés por encima de cualquier otro, de manera que satisfaga sus necesidades.

Volviendo de nuevo la mirada atrás en el tiempo, observamos como ante la incapacidad del ser humano para resolver ciertas necesidades, siendo incapaz de elaborar intereses capaces de subsanarlas, creó la idea de “Dios”.
No entraré a juzgar su existencia, puesto que como decía Wittgenstein; “De lo que no se sabe, lo mejor es callar”
Debido a que no siento como necesidad propia encontrar una respuesta a Dios, la indeferencia termina dominando el subconsciente humano, de manera que esa necesidad nunca llegue a ser necesaria, y por tanto, no sea necesario elaborar un interés de modo que se encuentre una solución al problema de la existencia de Dios.
Lo cierto es que, volviendo al tema del hombre como dominador, si controlásemos todo, jamás nos plantearíamos una idea como la de Dios.
Sin embargo, dicha idea crea controversia, de tal manera que llega a anteponer pueblos enteros, por el simple hecho de creer o no creer.
¿Quién llegó primero, el que creía en Dios o el que no creía?
Puesto que si el primero fue el creyente, antes de ser creyente no creyó, y si el primero fue el no creyente, por que iba a creer alguien en algo que no se pronunció jamás.
También es cierto, que la idea de Dios fue creada por el hombre, ante su incapacidad para crear intereses eficaces que terminasen con ciertas necesidades.
Sin embargo, hoy en día sabemos crear esos intereses, ¿por qué se sigue creyendo en Dios? Por el sencillo hecho, de que aunque la ciencia esté avanzando, seguimos sin encontrar la solución a problemas en los que es cierto que avanzamos, pero no llegamos.
Por tanto, se sigue creyendo en Dios y se le culpa de cosas para las que no tenemos respuestas. ¿Cuándo desaparece la figura de Dios? Nietzsche afirma que Dios ha muerto, el hombre contemporáneo le dejó malherido, y ahora yace muerto. Sin embargo, se continúa creyendo en Dios, y se le sigue utilizando como respuesta.
Mas, cuando terminemos de elaborar respuestas, morirá Dios como idea (su presencia y existencia es superior a mi raciocinio, por tanto jamás negaré o afirmaré su existencia, simplemente la creeré o no), puesto que dejará de ser necesario.

La realidad radical por tanto de Ortega, ¿morirá con Dios?
¿El mismo instante en el que encontremos la última respuesta, el último escoyo para lograr nuestros intereses, se terminarán los “quehacerse”, y por tanto, perderemos el sentido de la realidad? No, por el hecho de que nunca se encontrará la última respuesta.
El ser humano, volviendo de nuevo al tema de la anteposición, ha vivido enfrentado durante toda su existencia, contra él mismo.
El ser humano libra una batalla, que es diaria y vital para su existencia: el conseguir sus propios intereses.
Para lograrlos, pasará por encima de cualquier cosa, siempre y cuando sus intereses no corran peligro grave de ser diluidos.
La realidad, al igual que la convivencia social, ¿sería llevadera si cada cual consiguiese realizar sus intereses, en plena armonía e independencia (conocido comúnmente como anarquismo)?
Por supuesto que sí, pero entonces seríamos animales, y esa idea quedó derribada.
Si siguiésemos perteneciendo al mundo animal, la resolución de las necesidades sería pacífica, puesto que buscaríamos nuestro propio interés sin más.
Sin embargo, el elevado número de animales que seríamos (muy semejante al que somos como humanos), terminaría creando predadores y cazados, y anteposiciones, y crearía una nueva realidad, innecesaria.
La armonía y la plenitud en la resolución de los intereses, el ser humano sólo la conseguiría, si siguiese perteneciendo al mundo animal.

Lo que se conoce hoy en día como autoconciencia, capacidad de raciocinio, intelecto, lóbulo frontal… o sentimientos e ideas, hacen que la convivencia en armonía sea imposible.
¿Por qué es imposible? Por dos sentimientos pertenecientes al ser humano, uno inculcado por la naturaleza, y uno propio.
El primero, inculcado por la naturaleza, es el conocido como instinto de autoconservación. El ser humano, necesita tener el control de la situación para poder realizar de manera armónica consigo mismo sus intereses, de cualquier otra manera, pueden surgir factores externos (otros intereses), que se interpongan en su interés, corriendo el riesgo este de morir sin ser subsanado.
El segundo sentimiento que aparece, es la envidia.
Las capacidades humanas son limitadas, creando así desigualdades entre los distintos seres humanos. En parte, dichas desigualdades son necesarias (ante la imposibilidad de ser perfectos), para crear una “cadena de montaje”, en la que se pongan todos los intereses, y sean satisfechos por igual. La envidia aparece entonces, como un virus que se expande sin control. El menos capacitado (que no el discapacitado), observa como otros consiguen subsanar necesidades, y no les resulta muy difícil. Su espíritu de autoconservación entonces, se da cuenta de que en caso de tener la necesidad subsanada anteriormente por otro con esa misma necesidad, él no podría crear un interés que la subsanase, y el único plan viable es intentar convencer a otro ser humano, para que en caso de necesitarlo, lo haga por él.
Ahora pueden aparecer dos factores: la activación del instinto de autoconservación por parte de el otro (no me interesa ayudar, puesto que no beneficia mi interés) o la aceptación interesada (beneficia mi interés, y por tanto le ayudaré).
El segundo por tanto subsanaría esa necesidad, otorgando al menos capacitado la seguridad de que podrá crear un interés en caso de necesitarlo.
En caso de que aparezca el primer factor, sin embargo, existen dos posibles reacciones por parte del menos capacitado a la hora de crear su interés; buscar a otro que le ayude a crear ese interés, o por el contrario recurrir al engaño; en ese caso, si consigue engañar al otro humano, estará creando su interés y se sentirá realizado.
Sin embargo, tarde o temprano, el otro se dará cuenta del engaño, puesto que su propio interés quedará en un segundo plano con el interés del que recibe la ayuda.
Y en ese instante, se crea la primera anteposición de la historia del ser humano; el engañado se da cuenta del engaño.
Ahí comienza la primera batalla librada por el hombre, la búsqueda de intereses, que no puede ser pacífica debido a la envidia y al instinto de autoconservación.
En ese momento, el engañado buscará una tercera persona, que pueda poner fin a ese engaño, creando así un interés alrededor de esa tercera persona, y engañándola en el fondo, creando de nuevo una nueva anteposición, un nuevo engaño.
Así, con el trascurso del tiempo, el hombre crea sus intereses a partir de engaños, y el que mejor sabe crearlos, termina siendo erigido como líder.
¿Quién es el líder? Aquél que mejor engaña, aquél que sabe crear sus intereses de manera que el resto piensa que sus intereses son favorecidos, mientras lo que hacen es favorecer el interés del líder.
Ahora bien, se podría pensar que entonces, el problema es el líder, y la solución sería acabar con cualquier tipo de líder.
Error, los líderes surgirían, puesto que para acabar con ellos deberías recurrir al engaño, convirtiéndote así en el líder de la rebelión, líder al fin y al cabo.

Ahora la duda planteada, es si de verdad son necesarios los líderes.
Me atrevo a pensar que sí, el ser humano que puede ser engañado, no puede ser líder. Peor que si puede ser engañado por un líder, puede ser engañado por alguien que no haya engañado al líder, y sin embargo a él sí.
Por eso mismo, el ser humano necesita alguien que le engañe bien, de manera que se cumplan sus intereses, aunque lo que hagan es favorecer a los intereses del líder.
Por tanto, ¿exaltamos la figura de los dictadores? No. Un dictador es aquel que llega al poder a través de la fuerza, y la fuerza no es el engaño. Un líder debe ser alguien que sea capaz de engañar al resto. Sin embargo, detrás de ese líder, hay más gente capaz de engañar a todos menos a él. Y detrás de este, hay otro más que engañan al resto menos a los otros dos.
Por tanto, para engañar de manera fiable a todos los seres humanos, el líder debe saber a quien engañar, de manera que le ayuden a engañar al resto, y crear así un grupo de gobierno estable.
El problema, sin embargo, aparece en cuanto el líder se vuelve líder, y su condición de líder aparece; la ambición se hace presa del líder, de manera que deja de engañar al resto, para mentir al resto. Comienza a despreocuparse del interés del resto, y en el momento en el que ya ha cumplido su interés que era engañar para liderar, le aparece la nueva necesidad de demostrar que vale más que nadie, y puesto que eso no es así, sus intereses le llevan a mentir, haciendo creer que su figura debe ser exaltada, y que él y sólo él, merece que se le concedan todos los lujos y caprichos, por el simple hecho de ser el líder. Ahí el resto de seres humanos, detectan la anteposición, puesto que sus intereses han dejado de importar, de manera que ahora son esclavos del interés del líder.
Puesto que es el líder por que sabe engañar mejor que nadie, la manera de derrocarle no está en el pacífico engaño, si no en la mortal violencia; si no puedes engañar al líder, acaba con él.
¿Es culpa del resto de seres humanos? No, la culpa es del líder que no supo comportarse como tal.

Entonces, ¿líder o no líder? La figura del líder es necesaria, pero debido a su condición de ser humano, jamás existirá un líder capaz de mantener a raya su ambición.
El líder perfecto sería aquel inmune a cualquier capricho, que simplemente viviera para sus intereses, engañando al resto de seres humanos, de manera que estos no vieran truncados sus intereses, y por tanto no vieran el engaño.
Definitivamente: el líder ideal sería Dios, no quien le representa, sino él mismo.

4 may 2011

Metáfora de tu amor.

¿Así es, ves, que fácil es?
Tú no vuelves a mirarme y yo no te vuelvo a querer.
¿Crees que no sé lo que esto significa?
No volver a verte aunque me lleve la vida.

Nada fue para siempre, y nada terminó apoderándose de mi.
Todo tiene un final, y como este dolor no es nada,
no tiene pinta de acabar.
¿Pactamos, o lloramos?

Dos besos tuvieron la culpa, ni uno más.
Tiempo de locura trajeron tempestad,
alcohol y noche, tantas ganas de amar,
que el mar de llanto a este desague fue a parar.

No hay más que hablar, todo se lo dije a tu contestador.
No hay más perdón, no hay más tiempo.
Se acabó aquello de por siempre jamás,
por nunca quedará tu felicidad anclada aquí.

¿Ves que fácil era, empezar una guerra que no puedes acabar?
Romper con todo lo que fuimos sin preguntar,
sin animar, sin perdonar, sin amar, sin terminar, sin arrimar tu ala.
¿Ves como todo se hunde? Hoy el hundimiento es metáfora de tu amor.

2 may 2011

Sueño.

Estoy cansado de buscar a nado,
miles de abrazos robados, sueños exterminados
por inquietantes pesadillas.
Mírame: no soy lo que siempre has soñado,
y sin embargo eso nunca me quitó el sueño.

Algunas frases de Cañete.

"Vivimos en Matrix, y de gratis,
¿de que os quejaís, si es chachi?"

"Si un presente es un regalo, toma mi presente,
que no lo quiero ni regalado."

"Todo juego tiene perdedor, y no me gusta perder,
¿como quieres que no compita si es un juego?"

"No, si yo no me rayo, pero la sombra de estos barrotes
se empeña en llevarme la contraria..."

"No soy raro, es el mundo el que circula en dirección opuesta a mi."

"El ser humano es el dominador dominado."

"Me dijeron que dejase hablar al tiempo, y ahora me dicen que el tiempo es mudo."

"Tan solo es la impotencia, de saber a ciencia cierta, que el olvido cuando más quema, es cuando la que no me olvida eres tú."

"El desagrado de saber que con la luz del día llegará el final, me hace amar la oscuridad"

"Consumido por el dualismo ontológico de esta relación etérea..."