¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

20 ago 2013

A tres metros bajo tierra (homenaje a la canción de Egonía)

Hace algún tiempo,
en algún verano de los que fui;
sospechoso interrogado, y de marioneta aprendiz.
No fue fácil encontrarnos, tú corrías por Madrid.
Y yo aún descalzo, no entendía tu perfil.
Tú volaste por el tiempo, hasta encontrarme al fin.
Fueron días, de acuerdos prorrogables hasta el amanecer.
Yo entendía que mi tiempo volaba siempre recto,
buscándote desaparecer.
Y ahora que por fin te encuentro…

Tenías diecisiete, yo algo más.
El verano arrasó nuestra ingenuidad.
El tiempo fue cambiando, hasta llegar a Noviembre…

Nunca fuimos todo, nunca fuimos nada,
y cuando te fuiste, mi alma quedó desabrochada.
No entendí por qué se tuvo que esconder tu cara.
De mí ser, sólo quedan formas que,
que tendré el placer de reponer,
en la estantería de mi sed; desordenada.
Y al caer, el sol sobre las nubes del ayer,
recordaré tan triste, tu cama en llamas.
Nuestra ex-cama en llamas.

Ahora hay otra vida, otros “buenos días”.
Otras despedidas al alba en camas ajenas,
que no son las mías, que no son mi vida.
Ahora vives otra vida que no será mía.
Y en balde el equipaje, recogido a conciencia,
habita tras la puerta de mi triste ingenuidad.
Y tus ganas que arden, al verme pasar,
tú de mano de otro hombre, yo de mi soledad,
y gritarme;

vuelve a mí.
Ven a mí, cómo antes.
Vuélvete,
atrévete a mirarme.

Toda mi obra es tuya, regalo mi verso,
por un tiempo oscuro que supuso besos,
estancos vacíos, paisajes de ensueño,
fotografías de cuando éramos pequeños.
Minutos intensos, horas que se escapan,
fallos que tuvieron gritos hasta el alba.
A tres metros bajo tierra estará mi presente,
y el tuyo tan lejos de lo que realmente quiere.
Vuelve a mí, ven a mí,
si yo vuelvo a ti, será para quedarme.
Sí, para quedarte…

2 ago 2013

Segundo avance de Catenalia.

Hola a todos! Aquí os dejo un segundo avance de mi próximo libro, Catenalia! Espero que os guste! (para finales de 2013, principios de 2014 saldrá el libro).


Donde dije digo, digo dije,
y así, el aire muere entre arrecifes.
Corales imberbes que en la noche se deciden;
el verdadero amor se esconde entre los matices.

Bajo la sombra del reloj constante mueren,
miles de pasos como hormigas emigrando.
En el mismo banco donde descansaron almas,
las tizas recalcan los lazos de una pasión enferma,
retales de llantos, lágrimas insípidas que ahora fingen ser sinceras.
La vida es lo que pasa mientras piensas en qué perder el tiempo.
Dejó pasar la vida, y la terminó perdiendo…
Un susurro, que reside en cada esquina,
llama a la puerta y se gira; el balcón vuelve a gritar.
Un abismo; entre la historia y las mentiras,
alguien ha escrito versos negros en un informe policial.

Donde dije digo, digo dije,
y así, el mundo muere entre arrecifes.
Niñas consentidas fingen ser emperatrices,
la belleza se esconde entre los matices.

Oye, te andan buscando, mejor escapa al alba.
Que no tiren de la manta y se despierte la mañana.
La Luna aún sigue latiendo, testigo del encuentro;
confesa, confiesa que todo acabó mal,
y cuenta al detalle una relación terminal.
Así corrió hasta perderse en senderos que se cruzan,
testimonios de viandantes dijeron verle pasar.
Calma, mantén la calma, eres el dealer de la inocencia que se va.
Baraja este infierno, que explotará tratando de escapar.

Donde dije digo, digo dije,
y así, morirá por dar lo que se exige.
Caminos de piedras que no sé dónde dirigen,
el arte de perderse, se encuentra en los matices.

Corta la noche con un sable, en balde,
pretende hablarle a un eclipse lunar.
Buscando en su arrogancia una excusa que le salve,
el aire, el aire comienza a faltar.
Gritos que buscan culpables llegan a casa,
y en la puerta, su ingenuidad les abrirá.
Hoy dirige el miedo, cómplice en el movimiento,
su historia se estrella contra un cristal.
Salta, pequeño cobarde.
Tu huida será en balde, no podrás escapar.
Salta sin pensarlo, su pelo corta el aire.
Bajo el reloj constante, la tiza quedará.

Donde dije digo, digo dije,
toman los mandos quien dirige, hoy le tocaba al polvo fatal.
Cobardes imberbes que entre rayas se deciden.
Su juventud morirá por tu matiz mortal.

Donde dije digo, digo dije.
Su esquizofrénica histérica pudo con su ser real.
Perlas en declive que en la noche se maldicen.
El verdadero amor, en tus matices morirá.
El verdadero amor, en polvo se convertirá…

“Del polvo venimos, y en polvo nos convertiremos”.

Fernando Cañete Lozano, Catenalia.