¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

16 jun 2014

Miau.

"Un café con leche, por favor"
Sin apartar la mirada del móvil, realmente hablando de nada con nadie. Lo bloqueó, se miró. "Igual... igual has tocado fondo".
La misma vocecilla de nadie, diciendo las mismas sandeces de siempre. "Igual si cierro los ojos muy fuerte se va, pensaba. Igual si consigo correr más rápido, si no dejo a la noche acariciarme otra vez, ¿hasta cuándo podré sobrevivir al caos que se presenta de usted, y me vuelve un perdedor más? Loco soñador, irreal... caliente. Caliente, joder, muy caliente."

Apartó la banqueta en la que estaba sentado, miró al frente mientras exclamaba aquel "Joder", que retumbó pared por pared, hasta despertar la vida en cada telaraña. Clavó sus ojos en el camarero, observando como al ralentí, pedía perdón por su error. Cómo su pierna gritaba por despejar aquel dolor en forma de café a temperatura ambiente en el Sol. Y así, tragaba cada insulto impropio de alguien tan alejado del ser como él, y tras morderse la lengua, el tiempo retomó su forma. El café quemó algo menos, y el camarero salió de la barra con papel. Vaya, qué ingenioso, papel. Sin duda, había necesitado de aquel heroico acto para salvar su integridad, y a la vez que heroico, inteligente y meditado, vaya si lo era. Jamás se le hubiese ocurrido secarse.

"Perdóneme de verdad, a estas horas uno no sabe ni dónde está." "Claro, y tu falta de sueño, la pagan mis pantalones"; pensó, mientras con una sonrisa lo menos forzada que pudo mostrar, decía algo parecido a "no se preocupe, cosas que pasan". Aprendió a valorar el auto-control, o al menos, recordó el cómo valorarlo. "Ahora mismo le pongo otro, y por supuesto está invitado al siguiente" "No tiene por qué, además se me ha hecho tarde" Dejó un euro veinte en la barra, y se marchó de allí. Sin duda, relacionar una mala noche, con un mal día, no era del todo alocado.

El tráfico era fluido a aquellas horas, ¿quién iba a pasear con el coche en aquella mañana de Mayo? Bendita primavera, bendito Sol. Recordó haberse dejado el libro a medio leer, que tenía intención de acabar el día que no tuviera en general más intenciones, metido en el maletero del coche. Tocó los cascos. Se olvidó del libro, claro.

"Lo siento, de veras".
"Qué puto susto, voz misteriosa, agria, lejana y a la vez inoportuna" Cuanto sentido oculto tras un simple giro a la velocidad de un destello y un "¿perdón?" con cara de circunstancias.
"Lo de su café. Una gran pérdida, supongo."
"Bueno... - mientras a la cara de circunstancia le acompañaba un gesto de duda con las manos - tampoco tanto... era un café."
"Con leche."
"Sí, con leche, ¿qué más da?."
Rió aquel misterioso hombre a carcajada limpia durante al menos tres segundos, que tras contemplar las miradas atónitas de los viandantes, le resultó un par de minutos.
"Supongo que cuando eres un gato, esos detalles son importantes. ¿Te importa si charlamos?"

Hagamos un inciso. ¿Nunca habéis puesto una cara que mezcla perfectamente, la expresión WTF!? (¿¡Pero Qué Cojones?!, para los que no están familiarizados con el término), con el miedo, la risa, la duda y la intriga a la vez? Algo así os lo podéis imaginar. Deshagamos el inciso.

Tras un prolongado silencio, y seguramente algún extraño colapso neuronal, sólo pudo pronunciar un entrecortado "Claro". ¿Por qué hizo eso? Bueno... sólo él lo sabe, lo cual, no implica que lo entienda.

Se sentaron en un banco sin intercambiar una sola palabra entre ambos hasta llegar a él. "Verás, siento lo brusco de mi entrada. Mi nombre es Tom, Tom Peete." Tendió la mano en forma de saludo. "Encantado; John Segal." dijo él.
"Y, ¿a qué te dedicas, John?"

...

"Me va a violar". Igual era un pensamiento prematuro, infundado en nada y cobarde, pero de todas las opciones que se le pasaban por la cabeza, era la que más le cuadraba. Ahora bien, ¿cómo afrontar la situación?
"Soy actor de películas de acción. Bueno, actúo en ellas, las dirijo y monto también. Son producciones muy caseras aún, pero espero que terminen gustando al gran público alguna vez."
Tom le miraba fijamente a los ojos, con una sonrisa de oreja a oreja, y aquel maldito sombrero hortera negro que le estaba cabreando cada vez más; ¿se habría dado cuenta de que pensaba que le iban a violar?¿Querría violarle en serio? "... y bueno Tom, usted ha dicho que era un..."

"Un gato, ¡claro! ¿Acaso no se ve a la legua?" Mantuvo aquella sonrisa de psicópata tras terminar la pregunta "Igual... igual no entendemos el término gato de igual manera" Insinuó, mientras  Tom borraba la sonrisa en ese mismo instante, tensando el gesto de manera que daba hasta miedo. "No seas imbécil, claro que lo entendemos igual, ¿qué más gatos conoces? ¡¿Tengo cara de ser el utensilio de algún mecánico?!" Recuperó la sonrisa... ¿eso era bueno?

"No, claro que no, pero entienda que de gato tampoco."
"Hagamos un pequeño experimento, John Segal, actor, director y  productor de películas de acción independientes. Fíjese en las personas de su alrededor."
"¿Y aguanto así hasta la eternidad, viejo chalado? - si alguien pudiera entrar en su cabeza en aquel instante...- Bien, ya me he fijado en las personas, ahora, ¿qué?"
"La respuesta es obvia, joder John. ¡Diferencieles entre perros y pájaros! - dijo, tras una teatral pausa, con tono, cara y gestos de que aquello que decía era más que obvio.
"Y, ¿cómo hago eso exactamente, Sr. Peete?" La perplejidad seguía subiendo hasta límites insospechados.
"Haciéndolo, obviamente. Deja que entren en ti, y valora lo que te hacen sentir, es simple; perros o pájaros."

John se quedó mirando al infinito durante un instante. "Cojonudo. Perros y pájaros. Y me lo dice un señor que dice ser un gato con sombrero. Genial, he tocado fondo." Tras el breve monólogo interior con su vocecilla, se puso a mirar fíjamente a cada uno de los peatones que circulaban por aquel lugar. De vez en cuando, alguno lo miraba extrañado, entendemos que a nadie le gusta ser mirado por un extraño con cara de loco. "Perros, o pájaros... perros o pájaros... o yo en un psiquiátrico a este ritmo."
"Relájese John; ¿Perros o pájaros?" Notó como aquella idea empezó a entrar en él. "Igual... igual tenía sentido. ¡Claro, joder! Aquella mujer es pájaro. Aquel niño es perro, y aquél pájaro. Ese hombre es perro, y su mujer también. Pero aquella anciana también es pájaro, su nieta es perro." Notó cómo una sonrisa emanaba en su cara; había logrado entender lo que aquel hombre le decía. "¡Puedo verlo, Tom! ¡Puedo verlos; perros y pájaros!"
"Puede que usted también sea un gato, señor Segal." Dijo sonriendo.
Él también sonreía, "Igual sí Tom. Eso sí, ¿qué significa esto? Me refiero... ¿porqué unos son pájaros, y los otros son perros?"
"Es muy simple, Jonhy. Has conseguido diferenciar entre la gente que odias, y la gente que te quieres comer. Miau"
Dijo, mientras seguía sonriendo.