¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

21 may 2012

Las olas.

Hay una cama levitando en el cuarto contiguo.
Aunque no sea algo fantasmal, asusta.
A veces, tiemblo pensando si las sábanas respiran,
o su inercia se confunde con tu excitación.

Pero que si tú me lo explicas todo,
a mí todo me dará igual, ¡eh!
Que ni este es mi cuarto, ni es tu portal.
Y la confusión llevó al estigma…

Fue la sombra que surgió entre las olas.
Observándolo mecer la noche con su viento;
era el mar, fue el mar quien dijo aquello.
Y confundiste su susurro con mi fugacidad.

Ahora mira por tu ventanal.
Búscame corriendo tras el temporal.
Y verás; ¡claro que lo verás!
Desaparezco entre las olas porque vuelvo a mi lugar.

Y ahora tú, y ahora yo.
Si siempre nos turnamos, ¿quién se queda el mal humor?
Pensándolo con calma, no debió surgir.
De entre el mar las olas, entre las olas, ¿el sufrir?

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