¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

26 mar 2012

Un beso.

Tu sonrisa es mi sonrisa, es el dogma.
Una mirada pícara me atrae a tu lado,
me mece entre susurros, me acuna.
Te muerdes el labio y un pedazo
de mi alma se queda en tu boca.

Tus manos podrían sanar cualquier herida.
Tus latidos bombean a nuestros pulmones,
que comparten el aire que respiran.
Siento tu aliento en mi pecho,
tu pelo enredado entre mis dedos y me siento bien.

Te abrazo hasta que se consume el aire,
te beso. Cierras los ojos y yo me acompaso.
Mi mano entre tu pelo, mi aliento entre tus labios,
mi corazón bombea para no caerme y el aire se comparte.

Se pierde el tiempo y nos encuentra a ambos.
Tus pies marcan el camino, tus brazos mecen mis miedos.
Agarras mi mano mientras se alborota tu pelo.
Me besas, te muerdo, el tiempo se para a observarnos.
Ve los botones regados por tu cuarto.

Tu sonrisa es mi sonrisa, es mi dogma.
Tu susurro mi aliento, y tu alma mi religión.
Me besas, y me arrancas la fe de cuajo encerrándola en tu pecho,
yo mientras dibujo en tu espalda con mis dedos un te quiero.
Una mirada, un abrazo, un beso, notar como el universo se comprime,
es un su expansión destruye el tiempo...


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