¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

24 mar 2012

Primavera.

Este febril invierno cede al paso del Sol,
son los últimos días de lloviznas por aquí.
Todo está bien, todo está tranquilo.
Mirando al cielo pierdo el infinito, buscándolo.

No puedo evitar deslizarme sobre tu palabra,
llegar al fondo de tu prosa y no poder subir.
Aceptar que mi inspiración es la desidia,
y que por tanto nunca sabré definir esta primavera.

La última nota del invierno resuena en la campanas,
y en el cielo, aves sobrevuelan mi silencio en tromba.
En esta procesión de vientos y fuegos fatuos,
se pierde mi mirada buscando tu rostro; lloro...

Entiende que me falten horas a tu lado,
que hable de ti con miedo al recordar tu sonrisa.
Que esté esperando al deshielo de tus cimas
para poder bajar hasta tu falda, y allí zozobrar.

Mírame, encuentra los resquicios muertos de mi alma.
Intenta salvarme si quieres, pero yo muero con el frío.
Este invierno se acaba, porque llega la primavera,
mientras el silencio que nos congela se derrite esperándote...

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