¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

20 abr 2011

Lógica estrófica.

Cambié la estética moral, por la lógica estrófica.
Suprimí enseres de dolor parturienteos,
intenté borrar por un momento la tristeza,
y en vez de vacío, una voz llenó mi mente.

Fue una voz sensual, y retocada simplemente
con un leve suspiro, en susurro, para que sólo yo pueda oírlo.
Me explicó la diferencia entre el querer llegar a ser,
y el tener que ser de manera destinada.

Me contó que había nudos imposibles,
retos fascinantes entre los que se encontraban rayos de esperanza.
Me narró relatos a cerca de la estancia de la pena en su alma,
de como lo supercicial un día lideró,
y ahora quedaba renegado.

Tantas cosas me contó su voz...

No acostumbro a hablar de amor, si bien es cierto, siempre lo hago.
Soy metáfora en mi mismo de sentimientos sin control,
personificación del todo, para terminar siendo nada.

¿Quién es ella? ¿Quién eres tú?
¿Acaso yo pregunto eso?
¿Quién soy yo? ¿Qué? ¿por què?
¿Hasta dónde? ¿Dónde acaba?

Inspira ondo, tranquila, tranquilo yo...
Hay barreras infranqueables, destinos preparados a conciencia,
y basándose en alguna ciencia; negamos la existencia del amor.

Quizás no supuieron buscarle, quizás no dejaron encontrarse.
Quizás... sólo el tiempo tendrá la respuesta.

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