¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

14 ene 2012

Acuérdate de mí.

Entre las lluvias de este invierno gris,
aparecen los horizontes de un Abril perfecto.
Las nubes se levantan, mi deseo se derrite.
Se tiñen de esperanza las imperfecciones del corazón.

Aunque no soy dueño de este verano, ni de esta playa.
No soy el mar que mece en calma, sólo un turista entre tus costas.
Una leve brisa me adormece y aparece tu reflejo,
tumbado frente al mar, miro tu despertar en mi recuerdo… y creo levitar.

Si este cielo azul se tiñese de marrón,
o si la cal de mi pared y el añil del mar desaparecieran.
Si un tifón meciera todo aquello que yo soy,
si aun sintiéndome cerca notas que me voy.
Grita, pues será la muchedumbre y no tu pelo la que mueva mis pasos.
Iré contracorriente ante un destino incierto.
Si no estuviera aquí, acuérdate de mí… pues yo lo haré por ti.

Si naufragara entre los grados del café que nos faltaba,
ese ayer que era nuestro ya no valdrá nada.
Si tus suspiros dicen más de lo que tu silencio calla,
si las rocas de la orilla te desarmasen antes de llegar…

Si esta bahía deja entrever un “te echo de menos” considéralo real,
si tu fantasía ya no da para más, yo soñaré tu mitad.
Este vendaval amaina, y el cabo que me ataba a tu coral desaparece.
Me hundo, sin ti no hay timón, no hay velero que sobrevuele nada más que el fondo…
Y si antes del final una ola nos arrastra,
o si descubrimos que el mal nunca se acaba.
Si el mar de fondo nos empuja hacia otras islas,
si mi Odisea me hiciese perder el sentido.
Grita, que yo recuerdo que estoy vivo y que tú me necesitas.
Que yo sin ti no existo, que me deje de tonterías.
Pero si todo acaba aquí, acuérdate de mí… pues yo lo haré por ti.

Y si hoy tocase asumir el fin…
ver como zarpas mientras yo faeno en agua dulce.
Acuérdate de mí…
aunque el tener que recordarte duele más pues no te tengo aquí.

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