¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

10 jun 2011

Adiós.

Todas mis grandes historias empiezan con una despedida.
Aquí va la nuestra, otra más de las tantas,
pues desde Noviembre a llovido mucho.

Lo último que necesitaba era otra puñalada más,
rastrera o no, ¿qué más da ya?
Si el caso es, que cuando tú no estés, otra luz vendrá.
Pondrá fin al presidio de la soledad.

Me gustaría ser más simple, menos denso.
Más maleable, menos tenso.

Ahora te veo, y te recuerdo sí.
Pero te veo, ¿y si te quiero? sí.
Pero entendí que una vida sin tí,
mi querubí, vale más que todo aquel sin vivir por ti.

Sentí en aquel latir de nuevo.
Mi sonreir emergió, al fin.
Me di cuenta que la soledad es placentera,
que el tiempo nunca parará a por mí.

Lo tengo asumido, lo único que pido es:
un poco de sinceridad, y dolor de pies.
Que demuestren, dejen presente, que mi camino a sido duro.
La sinceridad es un capricho que creo merecer.

Por fin quedé segundo en esta carrera.
Justo un segundo después de decirte adiós.
Vale, en serio, no te he olvidado.
Pero tengo derecho a sentir dolor, ¿no?

Estoy cansado de errar continuamente, por este miedo que...
Hice bien en irme, hice bien en dejarte.
Tú te hacías daño, y yo no te quería.
En fin... ¿por qué sigo escribiendo estos versos, si te bloqueé,
para hacerte ver que no te quería?

Ya lo dijo Nach; "quiero estar solo, si sólo todo estará bien".
Mi felicidad una vez más, iéndome de victimista un rato, a pasado a ser secundaria.
Que el mundo sonría, que me dejen en paz en mi vía, y que si alguna vez alguien quiere sacarme de ella... le recomiendo que no lo intente, yo no soy quien conduce (si no ella...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario