¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

16 ago 2012

Poema 52.

Dicen que existen recuerdos infames,
personas que vuelven con distintos disfraces.
Ilusiones tan fugaces como reales.
Son memorias para exterminar.
Un muñeco de trapo, hecho harapos, por tu eternidad…
búscame si quieres, yo ya no vuelvo a ser real…

Dicen que el tiempo me hizo evaporarme,
que el elevado coste de tu olvido me llama,
no le da la gana al destino hacer que de nuevo
duermas conmigo, eras mi abrigo, y yo siempre yendo un paso más lento,
pierdo el momento de decir lo que siento, mientras miro dentro de mí;
y sólo estás tú, siempre estás tú, no queda rastro de aquél que fui…

Mundos paralelos que se volverán a encontrar,
tu inmunidad quedará impoluta;
siempre tan firme, siempre perfecta,
y mi alma vacía como mi vaso,
siempre tan grande, haciéndome trizas, llamándote en vano…

Nunca supe decir un “te quiero” y eso no niega todo lo que siento.
Puede que en ningún momento fuese perfecto,
y no por ello los momentos dejaron de serlo.
Siento no ser el más noble del reino, intenté ser sincero pero no lo consigo;
rasco a diario el fondo de un vaso que nunca comprendo pues lleva tu nombre,
nunca responde si digo; ¿por qué no pasar otra tarde contigo?
Volver a llamarte, saber lo que piensas… esa es mi fe más discreta.
Que algún día se caigan los disfraces, y tras lo que parece ella,
aparezcas tú…

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