¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

14 ago 2012

Confesiones a las 21:17

Brota una lágrima que ensucia mi papel, mientras purifica mi alma y me mece inconsciente sobre folios que guardan, lo que este idiota siente.

Soy un muñeco en manos del destino, una marioneta sin rumbo en olvido vagando; soy todo lo que un día lloré, y sin embargo hoy me encuentro aquí llorando entre el papel de nuevo. Mi meta siempre fue ser único en lo mío, siempre distinto y real, mi personalidad me hizo cambiar de vida tantas veces que sólo queda rezar por seguir así, todo lo que tengo se lo debo al tedio que me aniquila cada día, que sin preguntar me acuna y me suplica, que no deje de escribir que esa es mi gran fortuna en la vida, y por eso los recuerdos que presencio cada noche, en forma de sueños, vuelven a mí recordándome lo que un día fui…

No quiero volver a todo aquello, a ser un niño pequeño en un mundo de gigantes, triste incomprendido, siendo afligido siempre por voces ignorantes. Ya por fin crecí, y estoy dando mi vida al verso, aunque a veces duele tanto que lo cambiaría por un beso cualquiera, mataría mi espera, pero no sería más que seguir fingiendo, y no quiero, aunque duela, soy yo y mi consecuencias, vivo por y para ellas y así lo quiso el destino. Ser distinto es mi maldición y privilegio, lo que me salvó el pellejo cuando mi mundo se murió en aquel momento; chico solitario, todo te hace daño pero sabes seguir luchando sin huir, sin parecer que corres, andas con pasos de gigante contra una sociedad infame. Y a veces el mañana va más allá del horizonte…

Mírate cambiar, aparentar no ser tú, avanzar y madurar con tu eterna lentitud. Sumergirte en tu ser, caer y aprender, volar cada noche en un trozo de papel.

Mírate ser fiel a tus valores de ayer, tener los mismos principios que al empezar a crecer. Sumergirte en ti, y así poder decir; así soy yo porque así yo lo elegí.



Son los momentos a solas o con los que quiero los que me aúpan cuando el mundo me derrumba. La realidad siempre fue que no busqué ser especial, simplemente acepté lo que Dios me quiso dar, y hoy por hoy, vivo intercalando momentos y sentimientos, a veces tristes, otros contentos, porque si la vida siempre fuera igual sería un aburrimiento. Y por eso sigo creciendo, me entrego a cada intento de la gente por conocerme en realidad, pero lo siento, no puedo mostrarme, no porque no quiera es que no sé como empezarte a contar, todo lo que pienso, todo lo que siento cuando el mundo me defrauda o me engrandece, me enorgullece a veces ser como el resto, y otras sin embargo dan ganas de vomitar…

Aprendí con los años que si no hay un gobierno que te oprima, lo hará la sociedad, por eso aprendí a andar más por debajo. No hice mucho ruido, pasé inadvertido, y ahora de repente soy el tipo más querido del lugar, nadie pasa de largo a una risa que estoy dispuesto a regalar por siempre, la vida triste es la que duele, y aunque yo sufrí, para nadie quiero ese mal.

Hubo años complicados en los que no encontré mi sitio, y aunque aún estorbo, y ahora estoy más cómodo. En mi trono de palabras mientras dejo que otros hablen, me comparen y piensen ser mejores que yo; pobres ignorantes, no es que yo sea el mejor, es que yo no soy nadie para que me comparen, vivo para esto, es mi si no. No compito contra nadie porque nadie puede hacer que deje de escribir, no sé si lo haré mal o bien, pero nunca me ha importado demasiado, creedme quien lo dude, vivo para escribir, no porque yo quiera, ya que nunca lo elegí, si no porque no conozco otra manera de vivir.

Mírate callar, bocas que mal hablaron, nunca sabrán todo lo que has pasado. Siempre habrá ignorantes que creerán saberlo todo, sin nunca haber llorado no se puede amar.

Mírate volar entre edificios de cartón, exprimiendo sentimientos como método de acción, sin nada que demostrar, sin nadie con quien luchar; eres sólo tú porque siempre fuiste real.



Y fiel a tus principios, tanto, que no aceptas todo aquello que supone un mal para una sociedad opresora, es el problema en ella misma y algo a lo que admirar, tan maravillosa y tan dispuesta a amar como a matar, es su grandeza, es su corteza, pues en el fondo, todo el mundo siente y sentirá la necesidad de amar y ser real.

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