¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

20 jun 2010

Dejan que en ascuas muera.

Dejan que en ascuas muera,
quien ascuas fuese.
De amor sufriendo el fuego,
de amor caliente.

En la oscuridad de la noche se apaga,
enegrecida quien en su día árbol fue,
quemada de tanto espanto que respira,
ardiendo su alma, en la hoguera encendida.

Y su carbón redactará el futuro,
de un amor, que nadie leerá,
un secreto tan oculto,
y que las llamas tragarán.

Que nadie quiso escuchar su llanto,
cuando la lengua de fuego, el espanto,
en su cara reflejado, al ser consumido,
por las llamas de este infierno...
fúnebre, pero nuestro.

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