Dame tan solo, un segundo de tu tiempo,
y quiereme como si no hubiera mañana.
Tanto me duele, que no sean mios tus besos,
y dedicarte mis versos, esperando que te importen.
La Luna está tan lejos, que no puedo tocarla,
contigo si que puedo, y no me dejan ni rozarla.
Alocado este universo, ¿como que no puedo besarte?
Para intentar impedirlo, tendrán que matarme.
O encerrarme de por vida, en el asilo de sentimientos,
en el que hace tiempo me contaron, estubiste tú.
No te preocupes por eso, todos tenemos pasado,
y algún que otro secreto ocultado, ¿no?.
En un mundo de amapolas, se alzó con arte una rosa,
y al raso tumbada esperará mi llegada.
Para ser besada por el príncipe que la despertará de su letargo,
demostrándola el camino, de mi brazo, de mi mano...
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