¿Y si mañana renunciara a todo aquello que equilibre la balanza?

27 ago 2011

Siempre ella.

Revélame el secreto que tus manos esconden,
como cambiar esta veleta sin tocarla, como hacer al viento correr.
Dime como consigues deshacer cada horizonte,
diluir en tu saliva cada gramo de aquella miel que te entregaron…

¿Dónde se oculta aquella fuente que me prometía juventud?
Y libertad, ¿dónde queda? Lejos de esta atmósfera, lejos de esta esfera.
Hay quien la espera sin retorno, pausando su recuerdo para verla más de cerca,
hay quien muere esperando sin saber que no vendrá.

Pues es la idea que tenemos la que un día nos destrozó,
aniquiló cada recuerdo, lo dejó todo a su amor.
La dimos versos que tanta tinta derramaron como lágrimas cayeron por ellos,
y ahora, a oscuras, rememoramos aquel tiempo en que fue nuestro su corazón.

Pero no queda compasión, y el recuerdo se desvanece,
quedando sólo con nosotros aquella vaga ilusión, aquella sin razón,
aquel pedestal; una distorsionada realidad que nos hace subirla al altar.
Y aunque un día vuelva, y siga siendo la misma, jamás volverá a ser quien era.

Pues ahora es ella, es Daniella o Guiomar, es la musa del poeta, es la triste soledad.
La maldita realidad que cada noche nos atormenta, que nos recuerda quizás que un día volverá.
Con otra piel, con otra voz, con otro rostro… pero su nombre, hoy por hoy, ya forma parte de nosotros.

Y cada historia una novela, cada amor un desaliento.
Entre las estrecheces de este tiempo me consumo lentamente…
Cada ilusión un nuevo fracaso, pero su nombre viajará más allá de aquel momento,
pues es la inspiración que da nombre a cada lamento.

Poeta, siendo sincero, eres al dolor lo que es el agua al viento.
Debes a un instante, cualquiera de tus buenos momentos.
Siendo sinceros, la quieres, aunque ella no es para ti.
Hay amores imposibles que hoy por hoy serán tu porvenir…

¿Quién la dijo que no era ella? Siempre bella, siempre ella.
Ay Daniella… si acaso existieras, ¿como sería estar contigo?
Quizá demasiado fácil, quizá demasiado bonito para mi gusto.
Pero siempre será ella… (y un lamento se escapa entre sollozos de socorro).

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