Este cristal permite ver el sol.
Alumbra el vagón del tren con su luz.
Derrite el mal...
Un solo de guitarra rompe mi ensueño,
a lo lejos, pájaros chirrían el compás del tiempo.
Si no queda tiempo para vivir,
quizás compramos demasiado poco.
Mi sombra enpapelaba la pared continua,
demostrandome así el sol, que poseo dos caras;
la que muestro cuando me miras,
y la que muestro cuando te marchas.
Un olor a muerte me conquista,
golpea con furia mis sentidos.
Mi niño por fin a muerto...
la luz ha prevalecido.
Este cristal permite verte de frente,
alumbra mi alma con su solo pestañeo.
Mi corazón, más cálido, revive su deshielo.
Tu luz a mis ojos, libertad al preso...
infinita mas inviable, cerca mas imposible,
esperanza y deseo, y en un pestañeo.
Claudica la sombra que apuñalaba mi pecho,
me guía el tenue susurro del viento que azota el monorraíl,
mis vías serán tus pasos, y mi destino estará junto a tí;
sol de primavera!
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