En el polvo del pasado está inscrito,
con tu dedo dibujaste un corazón desecho.
Mírame a la cara y busca en mi mirada;
tu mirada, búscala que no la encuentro.
Paseando por este prado de lirios y rosas
en el que se ha convertido mi vida,
busco desconsolado un recuerdo dulce,
no consumido por este agrio olvido.
Agarra mi mano, y acompañame de vuelta,
que ahora que me acostumbré a tí, olvidé caminar.
El compás marcado por el tic-tac del tiempo,
se me hace lento, desacelera mi ilusión...
El tráfico de luces del centro de Madrid,
se me apaga delante por que no estás aquí,
o quizás por que eres la única luz capaz de guiarme.
Negros senderos recorro, y busco respuestas...
Ahora siento que el olvido sea eterno,
el daño irreparable y el recuerdo consumido esté.
Y ahora que te busco entre la gente y no
te encuentro, ahora busco tus labios diciendo te quiero...
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