Aferrando tu felicidad a la tristeza,
basando tu venganza en una realidad,
tan cruda, que ya no se puede masticar.
Y culpando a este viento violento arrecias
contra todo sentimiento de culpa,
culpable de sentir todo en contra,
atemorizando en un rincón a la risa,
que riendo con compasión te mira.
Y hablando de amor recaes,
en ese bucle de soledad alquilada,
perteneciente a un presente tan ilógico,
que cualquier pasado raro ahora es cuerdo.
Tensando la cuerda de la salud; enfermedad,
y enfermos caen los luchadores,
por querer prender su clavo ardiendo,
con el fuego del mal de amores.
Mil versos escribir podría, y no avanzar.
Mil cosas que pensar tendría, si me pudiera concentrar.
Pero no dejo de olvidar su vida...
perdida por un amor, que traerá la decadencia,
a este nuestro feudo, de rimas y leyendas,
en el que el rey es el tuerto, y la mentira;
la mentira es ya tu princesa.
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