Se me clavan tus miradas en la espalda,
y en tus ojos los punzantes vidrios se derriten.
Creyendo tenerte corro, me alejo,
te echo de mi lado y lloro.
Quemas lo que tocas cuando en mi piensas,
cuando en ti pienso, quema el aire mi boca,
reseca mi garganta, de gritarte que te gires,
para verme de frente y yo observarte.
Me pierdo entre suspiros mirando el reloj si no llegas,
y si llego primero, me pierde la espera,
contando los minutos que me quedan, hasta volver a dormir.
Perderme en tu pecho, en tus suspiros...
Darle mi aire a tu miedo, que sólo llega cuando te vas,
y nos alejamos, y no nos vemos...
y queriendote muero sin tu aroma, me embriaga tu ser cuando estás,
y queriendo serte fiel me abstengo de mirar si quiera,
no vaya a ser, que llegue a ver que te vas.
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